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viernes, 14 de enero de 2011

Sin datos no se combate al cambio climático

GUWAHATI, India, 13 Ene (IPS) - Un esfuerzo concertado para documentar el impacto del recalentamiento planetario en el este del Himalaya es clave para diseñar las políticas de adaptación adecuadas.

En Nepal, el glaciar Imja se retrae casi 70 metros por año. En Bhután, donde el derretimiento es menos perceptible, 25 de 677 glaciares son considerados en peligro, con un "alarmante" repliegue de entre 20 y 30 metros al año, indicó G. Karma Chhopel, de la Comisión Nacional del Ambiente butanés.

Es más importante reunir estadísticas sobre los efectos del recalentamiento planetario que preocuparse por las represa que construye China en la región, opinó el profesor Jayanta Bandyopadhyay, del Centro para Políticas de Desarrollo y Ambiente en la oriental ciudad india de Kolkata, una rama del Instituto Indio de Administración.

"Construir más represas cuando las aguas en todos lados están amenazadas por el cambio climático es acelerar el problema de la pérdida de agua", dijo por su parte a IPS Himanshu Thakkar, de la Red de Asia Meridional sobre Represas, Ríos y Población.

Compartir agua es un tema importante, opinó Thakkar. "India necesita impulsar sus grandes negocios comerciales con China para llegar a un acuerdo sobre compartir el agua".

Por su parte, Bandyopadhayay reconoció que un pacto para resolver el conflicto era "buena idea".

"Pero todavía no sabemos la naturaleza de los cambios en la región. ¿En qué se basaría el tratado?", se preguntó. "Debo subrayar otra vez la necesidad de desarrollar modelos climáticos locales para la región. De otra manera, las estrategias de adaptación serán muy difíciles", alertó Bandyopadhyay. "Todo el tema del desarrollo asiático depende de esto".

Las montañas orientales del Himalaya, que abarcan 1.600 kilómetros en Nepal, Bhután, el norte de Birmania, el noreste del Tíbet y parte de India, son llamadas "las torres de agua de Asia" y son consideradas el "tercer polo" debido a su gran cantidad de glaciares.

En la región hay tres grandes cuencas, la del Indus al oeste, la del Ganges en el centro y la de Brahmaputra en el este, e incluyen a importantes ríos como el Ganges, el Indus, el Brahmaputra, el Yangtze, el Mekong, el Salween, el Xingjian, el Chao, el Phraya, el Irrawaddy, el Amu Darya, el Syr Darya y el Tarim.

Las montañas son fuente directa de recursos hídricos para Bangladesh, Bhután, China, India y Nepal, y suministran agua a más de de 1.300 millones de personas.

Las represas de China en la cuenca del Mekong han causado preocupación sobre la disminución de las aguas en Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam. Además, el inicio de las obras de construcción de la central china de Yarlung Tsangpo en noviembre pasado despertó temor en India.

Bandyopadhyay dijo que la parte china del agua del Yarlung Tsangpo era sólo 20 por ciento del total.

El experto señaló que afrontar el cambio climático en el Himalaya, que nutre a las cuencas, debe ser considerado un tema prioritario.

"Ahora tenemos una urgente necesidad de fortalecer las ciencias específicas del agua en Himalaya. Hay 1.300 millones de personas en la región. Esto de por sí debe impulsar al gobierno de India a la acción", dijo Bandyopadhyay a científicos y estudiantes del Instituto Indio de Tecnología en Guwahati.

La región este del Himalaya carece de estadísticas sobre patrones del clima, derretimiento de glaciares y variaciones de la temperatura. Bandyopadhyay señaló que incluso falta información básica sobre precipitaciones.

Shresth Tayal, glaciologista del Instituto de Recursos de Energía, con sede en Nueva Delhi, señaló que el recalentamiento en las áreas más altas de la cordillera era mayor que en las partes bajas, según datos que el Centro Internacional para el Desarrollo Integrado de las Montañas, con sede en Nepal.

El glaciar de Rathong oriental, en el nororiental estado indio de Sikkim, se redujo de aproximadamente 7.125 kilómetros cuadrados en 1966 a 0,46 kilómetros cuadrados en 2009, una pérdida de 93,54 por ciento.

R. Krishnan, del Instituto Indio de Meteorología Tropical, destacó que el organismo ahora contaba con equipos de avanzada para crear modelos climáticos regionales. "Estamos listos para compartir información y colaborar en investigación interdisciplinaria", señaló.

Como parte de esfuerzos para reunir a las naciones del Himalaya para actuar contra el recalentamiento planetario, Bhután inició una serie de consultas de alto nivel con Bangladesh, India y Nepal, y organizará la conferencia ministerial "Cumbre climática para la vida en el Himalaya", que se realizará en octubre de 2011 con la mira de preparar un acuerdo regional.
 
Keya Acharya
IPS Noticias
 
 
 

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias

El Niño y La Niña crecen y perturban

imagen del contenido El Niño y La Niña crecen y perturban
UXBRIDGE, Canadá, 13 Ene (Tierramérica) - El planeta vive la manifestación meteorológica más potente de La Niña en 50 años, con inundaciones sin precedentes en Australia y sequías en Argentina, Brasil y Uruguay que afectan inclusive los precios de los alimentos.

Los científicos empiezan a considerar que el cambio climático podría estar potenciando los impactos de El Niño/Oscilación del Sur (ENOS), un ciclo que afecta periódicamente los patrones meteorológicos en todo el mundo.

La Niña y El Niño son, respectivamente, las fases fría y cálida del ENOS, y forman parte del sistema de regulación del calor en el océano Pacífico ecuatorial.

Ambos se presentan cuando los cambios oceánicos y atmosféricos son simultáneos.

En condiciones que los climatólogos definen como “neutrales”, las altas presiones suelen dominar la atmósfera del Pacífico oriental, mientras las bajas predominan en el oeste.

La diferencia de presión genera los vientos alisios, que soplan de este a oeste sobre la superficie del Pacífico ecuatorial apilando las aguas cálidas en el occidente. Las aguas profundas y más frías emergen entonces en el este para reemplazar a las cálidas.

En los eventos de La Niña, esas diferencias de presión son más marcadas, los alisios soplan con más fuerza y generan una corriente fría más intensa en el Pacífico oriental.

En cambio, con El Niño la presión alta se presenta en el Pacífico occidental, y la baja cerca de las costas americanas. Los alisios se debilitan o cambian de dirección y las aguas cálidas se expanden por el este del océano.

“En 2010 hubo una transición muy rápida de El Niño a La Niña”, dijo a Tierramérica el climatólogo Kevin Trenberth, del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas con sede en Colorado, en el centro de Estados Unidos.

El Niño fue fuerte, duró un año y finalizó en mayo, y en un plazo de apenas dos meses se presentó La Niña, explicó.

La Niña actual no sólo puso fin a 10 años de sequía en Australia, sino que inundó unos 850.000 kilómetros cuadrados en ese país, área equivalente a la de Francia y Alemania juntas. También causó inundaciones mortales en el norte de América del Sur y generó condiciones de sequía en las partes centrales y sureñas del continente.

En consecuencia, se afectaron los rendimientos agrícolas. Los precios internacionales de los alimentos alcanzaron un récord en diciembre, informó el 5 de este mes la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“Desde los años 70 se registran cambios en el fenómeno El Niño-La Niña. Se trata de un ciclo complejo, pero las sequías, inundaciones y otras manifestaciones asociadas a él han sido más fuertes en los últimos 30 a 40 años”, dijo Trenberth a Tierramérica.

Como el calentamiento altera los fundamentos del sistema climático mundial, atrapando más calor y hasta cuatro por ciento más de vapor de agua en la atmósfera, es razonable concluir que también influya en el ENOS.

“Sería sorprendente que no lo hiciera”, sostuvo Trenberth.

Fueron los pescadores peruanos los que acuñaron el nombre de El Niño, por el niño Jesús, pues notaban los efectos del calentamiento de las aguas de esa zona del Pacífico cerca de la Navidad.

Con el paso de los meses, y a veces de los años, el calor superficial del océano se disipa y aguas más frías y profundas salen a la superficie. Así se restauran las condiciones neutrales o se presenta La Niña, que trae consigo corrientes ricas en nutrientes que causan una explosión de vida marina y buenas temporadas de pesca.

Los pescadores pueden esperar un buen año para 2011, pues una Niña intensa domina el Pacífico. “Éste es uno de los eventos más fuertes de La Niña en el último medio siglo, y probablemente persistirá en el verano del hemisferio boreal”, dijo en un comunicado Bill Patzert, oceanógrafo y climatólogo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la agencia espacial estadounidense (NASA).

El ENOS tiene un ciclo de entre tres y siete años, con un promedio de cuatro años para pasar de El Niño a La Niña. Pero varía considerablemente, tanto en periodicidad como en fuerza, según Trenberth.

Cada ciclo es diferente e impredecible y de momento es imposible tratar de reproducirlo mediante modelos climáticos informatizados, acotó.

Aunque hay pruebas de que las inundaciones y las sequías han empeorado, la ciencia aún no cuenta con pruebas claras de que el cambio climático haya afectado el ritmo del ENOS, por ejemplo acortando el ciclo, como ocurre ahora, dijo.

“Pero podría estar afectándolo”, especuló.

Las emisiones contaminantes de las actividades humanas actúan como una doble frazada sobre la atmósfera, atrapando más calor que el que naturalmente ésta retiene.

Casi todo ese calor extra es absorbido por los océanos. Éstos se vienen calentando desde los años 70, y es probable que eso también influya en el ENOS, observó Julia Cole, científica climática del Instituto del Ambiente de la Universidad de Arizona.

El ENOS siempre tuvo una variabilidad enorme, y sus fuerzas motrices aún no se conocen del todo, lo que vuelve muy difícil determinar cómo lo afecta el cambio climático o pronosticar futuras modificaciones del ciclo, dijo Cole a Tierramérica en una entrevista por correo electrónico.

Sin embargo, las últimas investigaciones sugieren que en el futuro “podríamos incluso tener varios nuevos ‘sabores’ del ENOS”, agregó.

Las inundaciones causadas por La Niña en Australia no tienen precedentes. Por lo menos 10 personas fallecieron y las pérdidas se estiman en miles de millones de dólares.

Buena parte de las inundaciones ocurrieron en el nororiental estado de Queensland, cuyos ríos fluyen hacia el Mar del Coral, y se espera que tengan repercusiones importantes en la Gran Barrera de Coral.

Las aguas de las lluvias barrieron las tierras, removiendo y arrastrando hacia el mar enormes cantidades de sedimentos y de sustancias contaminantes. Es probable que tengan “un impacto enorme” en el mayor sistema de arrecifes del mundo, dijo Charlie Veron, ex jefe científico del Instituto Australiano de Ciencias Marinas.

“Sin dudas esta Niña tan fuerte está causando las inundaciones, pero el cambio climático parecería estar potenciando sus efectos”, escribió Veron en un mensaje electrónico.

Las vastas plantaciones de caña de azúcar de Queensland se ahogan, pero los cultivos de Argentina, Brasil y Uruguay están resecos por la falta de lluvias que, a fines de diciembre, ya había causado carestía de los alimentos, según un informe de la FAO divulgado el 5 de este mes.

Las continuas sequías en Argentina o el mortal frío invernal en Europa y América del Norte podrían contribuir a elevar incluso más el precio de los alimentos, advierte la FAO.

Aunque La Niña mantiene fría buena parte del Pacífico sur desde hace meses, 2010 igualó a 1998, cuando El Niño se manifestó con intensidad: son los dos años más calientes de la historia desde que se llevan registros.
 
 
Stephen Leahy
Tierramérica
 
 
 

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias

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martes, 4 de enero de 2011

"Llovieron" miles de pájaros en Estados Unidos

ARKANSAS, 4 Ene (UYPRESS) – En la localidad de Beebe, Arkansas, miles de aves cayeron muertas del cielo, despertando alerta en la población local y en el país norteamericano. Vea el video.

Ni Alfred Hitchcock en su film Birds, ni Paul Anderson en Magnolia, haciendo llover sapos, pudieron idearlo en el celuloide. La realidad supera ampliamente la ficción.
Unos 5.000 pájaros cayeron muertos del cielo en la zona de Beebe, Arkansas, el pasado viernes por la noche, en tan sólo un radio de un kilómetro manteniendo en alerta a los habitantes de la localidad como a gran parte del país norteamericano.
Según informaron las autoridades locales, la muerte de los pájaros “pudo obedecer al impacto de rayos, al granizo o a los fuegos artificiales”.
George Badley, veterinario de Arkansas, por su parte comentó que las autopsias de varios de estos pájaros muertos, mirlos negros de ala roja (Agelaius phoeniceus), muestran que “tenían el estómago vacío, lo que elimina la posibilidad del envenenamiento. (…) las aves cayeron ya muertas al suelo y no fallecieron a causa del impacto”.
Para Badley, la bandada de pájaros “sufrió una colisión masiva en el aire”.
El pasado viernes, en Arkansas hubo fuertes tormentas, por lo que algunos relacionan el hecho con esta tragedia. Y otros con “estrés” relacionado con sonidos de fuegos pirotécnicos. Por otro lado, de tantos que se ven en las calles, automóviles que circulan los han pisado, ya muertos, dando más vigor a la dantesca imagen.
La Comisión de Ganado y Aves de Arkansas se encuentra trabajando y estudiando las aves caídas para lograr comprender qué sucedió realmente.

Lo invitamos a ver este video de YouTube sobre la curiosa tragedia:
 

UyPress - Agencia Uruguaya de Noticias
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